lunes, 7 de julio de 2014

Dinámica ocular

El fenómeno de la visión, es un proceso complejo, más de lo que la mayoría de nosotros piensa, asociándolo casi siempre con el aspecto “perceptivo”, o más bien sensorial, en el que somos capaces de describir cómo vemos o cómo percibimos una imagen determinada.

Pero para que se produzca la visión, no basta con que la luz reflejada por el objeto observado estimule nuestra retina y de ahí el impulso eléctrico viaje por toda la vía óptica hasta llegar a la corteza occipital. Debemos recordar que somos seres binoculares por excelencia, es decir, no solamente poseemos un par de ojos, si no que además ambas imágenes percibidas deben ser integradas en una sola

Para que este complejo fenómeno sea un éxito, ambos ojos deben mirar hacia la misma dirección en el espacio. Por otro lado, necesitamos moverlos para captar aquellos objetos de nuestro interés. Es aquí donde el sistema motor ocular cobra gran relevancia.

Los músculos encargados de los movimientos oculares, son seis:

Recto Lateral Inervado por el VI par craneal o Abducens. Su acción es la abducción, es decir, es el encargado de rotar el globo ocular hacia temporal.

Recto Medio Inervado por el III par craneal o Motor Ocular Común. Su acción es la aducción, es decir, es el encargado de rotar el globo ocular hacia nasal.

Recto Superior Inervado por el III par craneal, su acción principal es de elevación. A su vez, debido a la disposición de sus fibras, es aductor e inciclotorsor.

Recto Inferior Inervado por el III par craneal, su acción principal es de depresión. También, según la posición del globo ocular en la órbita, posee acciones de aducción y exciclotorsión.

Oblicuo Superior Inervado por el IV par craneal o Patético, su acción principal es de inciclotorsión. Además es depresor y abductor.

Oblicuo Inferior Inervado por el III par craneal, su acción principal es de exciclotorsión. Además es elevador y abductor.



La acción de un músculo extraocular (MEO) se puede aislar llevando el globo ocular ciertas posiciones. 

El estudio de la motilidad ocular constituye uno de los exámenes objetivos del Estudio de Estrabismo, donde se evalúan los movimientos oculares, con el objeto de determinar alteraciones de uno o más músculos extraoculares. Es un examen que requiere de muy pocos elementos para su realización, tal como un objeto de fijación, pero sí precisa de una gran capacidad de observación de parte del examinador, ya que por el contrario de lo que se pudiera pensar, no es un examen tan fácil de realizar y muchas veces puede llevar a errores de interpretación si el paciente es poco cooperador.

En el estudio el paciente debe estar con la cabeza derecha e inmóvil durante todo el tiempo que dure el examen. Es recomendable explicarle al paciente lo que se espera de él, en definitiva que siga el objeto de fijación con sus ojos sin mover la cabeza hacia las nueve posiciones diagnósticas de mirada, en el orden que se señala a continuación:

1. Dextroversión: para Recto Lateral Derecho y Recto Medio Izquierdo
2. Levoversión: para Recto Lateral Izquierdo y Recto Medio Derecho
3. Supradextroversión: para Recto Superior Derecho y Oblicuo Inferior Izquierdo
4. Supralevoversión: para Recto Superior Izquierdo y Oblicuo Inferior Derecho
5. Infralevoversión: para Recto Inferior Izquierdo y Oblicuo Superior Derecho
6. Infradextroversión: para Recto Inferior Derecho y Oblicuo Superior Izquierdo



Es recomendable que el objeto de fijación se sitúe a una distancia de entre 30 y 50 centímetros con respecto al paciente y se presente de manera móvil.

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